El reloj mental suena y la hora de las fantasías ha llegado su ocaso
El noticiero de la mañana me comunica la incertidumbre de mis pasos
A todo esto las ganas de partir han ganado más argumentos
La melancolía de lo que nunca se vivió se desliza entre mis penas
Ahora los minutos son los peores enemigos de mi cordura
A todo esto las ganas de sentir han sudado sus deseos
Puedo encontrar en susurros amores de ángeles
Puedo saber si es pecado o amor
Puedo ser capaz de mirar con las manos y decirle a las caricias que amen
Quien sabe si pueda obtener las ganas de que quieran decirme te odio
El tiempo late en cada historia
El tiempo se burla de ellas por no ser eternas
Yo soy tan efímero como el dulce beso de una niña a su príncipe azul
lunes, noviembre 21, 2005
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