Un poema sin ti
Y los pasos enloquecidos
Tu fragancia extraviada
En tierra de nadie
El viento mi aliento
Y las sendas en las nubes
Creo melodías con tu risa
Y dibujo el camino hacia mi puerta

Vuelves silenciosa como la muerte
Y atrapas de nuevo mis páginas con un suave beso
Invades mis sábanas con tus cabellos
Tus dedos se transforman en cinceles
Y a ojos cerrados
Dios nos envidia

Esta vez no existen miedos
Ni dudas
Ni deudas
Ahora sólo hay sueños
Un par de remos
Y un ocaso reflejado en tus ojos