Antes de comenzar, Carmela, tendría que recordar que para cocinar se necesitaba una pizca arte, un excelente paladar, los ingredientes indicados, el temperamento adecuado, la inspiración necesaria y la armonía requerida. Pero lo único que llevaba consigo en ese momento era el arte, que jamás se despegaba de ella, y el paladar. La cocina donde estaba era un desastre y aún se podía sentir un pequeño olor fétido rondando por las ollas. El espacio era incómodo y se preguntó si es que de verdad pensaban que cocinaría algo decente en un lugar tan estrecho. Se preguntó también, ya que estaba siendo obligada por aquel hombre, si podría hacer algo decente en una cocina tan pequeña. Se preguntó, ¿puedo?, y se dijo que si había alguien ésa era ella. El individuo ya se había marchado, eso creía porque ya no podía percibir su voz, y había dejado claro que quería que se siguiera la receta al pie de la letra. La primera leída le causó cierta risa, la segunda un poco de duda y ya para la tercera, pánico. ¿A qué venía todo esto?, se preguntó. No recordaba bien cómo había llegado a este lugar, lo último que había visto era algo negro con olor extraño y que instantáneamente había quedado dormida y al despertar ya estaba aquí. Vio que las ventanas estaban protegidas por anchos barrotes de hierro y decidió no ir a ver la puerta pues imaginó, no sin razón, que sería imposible salir por ahí. Sin embargo, en la pequeña salita, había un televisor pequeño, lo prendió pero no había señal por lo que lo apagó. Se dio cuenta de que a diferencia de la mayor parte de cosas la casa era muy antigua, había fotos a blanco y negro de gente, que seguro ya estarían en mejor vida, por todos lados, pero en todas las fotos, aquellas personas, tenían una mirada triste. Cuando volvió a la cocina recordó a aquel hombre, su voz raspada y grave, y la advertencia que le había hecho si regresaba y no encontraba nada avanzado. Prendió la cocina sin necesidad de fósforos (hoy las cocinas ya no necesitan fuego para ser prendidas), comenzó a picar las cebollas y los tomates, y puso el cordero molido a freír. Tenía las berenjenas, el vino blanco, el queso, el pan tostado y todo lo que decía en la receta pero ella jamás había oído hablar de aquel plato: “MOUSSAKA”. ¿Cómo preparar algo de lo que nunca antes has escuchado? Resignada se dijo que era mejor hacer lo que aquel hombre le pedía sin chistar. Fue al baño a lavarse la cara y mientras regresaba volvió mirar las fotos y se percató, y no entendio cómo antes no se dio cuenta, de que uno de los hombres era aquel hombre. Con curiosidad se acercó cuidadosamente y en la parte inferior decía: “Agosto de
lunes, noviembre 19, 2007
Mousakka
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2 comentarios:
=O
q monse x___x
osea la historia es muy miau ia?
pero como iegaste a la conclusión es tan monse xD!
no, no es para un comentario así: "=O" eso es de telas zs.
Wena historia, mala narración xD!
Te diría mas cosas, pero luego pensarás q lo hice de mala leche.
Me gusta el fondo d tu blog, hace sentir paz...
Me gusta lo q uno siente cuando te lee porque... Se olvida q eres tú.
Salu2 pues Cheli... de la arrogante de kty
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