así de a poquitos me he dado cuenta...

así de a poquitos me he dado cuenta,
que mis dedos solo te marchitaban
ahora que tus ojos ya no son solo pájaros silvestres
sino águilas majestuosas y doradas
ahora entiendo
que estas palabras que al azar lanzaba al viento jamás podrán
sumergirse en tu vientre
y es en vano que intente tejer hilos, levantar altares y hacer rituales paganos,
es en vano, todo es inútil, tu sonrisa se ha transformado en el arco iris de otro cielo,
no hay de qué rescatarte,
ya no hay porqué escribir versos suicidas,
hacer barquitos de papel lleno de soldaditos de plomos con bufandas verdes
o servirse la taza de café hirviendo para así siempre quemarse un poquito y sentirte tan cerca mío
ya no hay nada, ya no hay nada, ya no hay nada
solo quedan las cenizas de tus pasos,
las sombra de tu sudor entre mis poros
tu velo gris como cortina eterna
todo lo demás se ha escapado,
incluso las huellas de tus juramentos sobre mi cuerpo,
me siento como un tacho de basura
o el baúl que duerme atormentado en el sucio ático
y es por eso que yo quisiera, ahora, poder escaparme de tí
de ese recuerdo absurdo que me rodea y se impregna como si fuese mi piel
quisiera sentir, si no hay más remedio, las garras sedientas de la muerte a pesar que esta me recuerde las noches perdidas junto a tu boca y su fecundidad exagerada
aunque en el fondo solo quisiera llegar hasta el borde de tu cama
y con un dulce puñal asesinarte
robar un poco de tí, un poco de mí, un poco del mundo
dormir a tu lado una vez más
mientras dejamos que ese hermoso manto rojo que brota de tí
nos cubra del frío