esto está dedicado a Rayuela
y a la mujer cuyo nombre aquí se pronuncia y me ha permitido usarlo






¿qué es el amor Ignacio Montoya, Ignacio amarillo, gris, siempre llevando una capa sobre tu opaco rostro?
no era solo sentir, no era solo tocarse, escuchar unos blues, algo de trova, ni sudar encima del otro o hacer rechinar constantemente la cama del dormitorio. el amor era… bah, no lo sabías. de qué servía preguntarse qué era si era algo que jamás encontrarías, esa palabra extraña que solo sucedía en las telenovelas que viejas frustradas veían, viejas que seguro habían vivido un matrimonio que al inicio las había hecho sentir como una blanca nieves cuando su príncipe azul la besaba o alguna cursilería parecida, y que ahora esa fantasía se había transformado en un sumergirse en el gran vómito, en la baba apestosa de un animal al que llamaban marido. el amor Ignacio , esa palabra tenía abismos inmensos entre cada una de sus letras, caídas tan grandes e imposibles de surcar o por lo menos eso era lo que pensabas. a veces aparecía ella y le hacías la misma pregunta que siempre te hacías, le decías << ¿andrea, tú lo sabes? >> y ella solo te miraba a los ojos, te daba un beso, ponía unos blues y algo de trova para al final mezclar su sudor con el tuyo y hacer rechinar la cama desesperadamente como si de un momento a otro el mundo fuese a derrumbarse. entonces después, en tu mente, te decías no lo sabe, ella tampoco lo sabe, y también pensabas que quizás estaba bien no saberlo porque talvez si lo averiguábamos ya no tendría sentido siquiera pronunciar esa palabra, ni regalar una rosa o una cajita de chocolates de esas que venden en los supermercados y son realmente cómodas para los bolsillos. en fin, no es que sea algo que no te dejara vivir, pero si era como una pequeña espina en los huesos de la pierna que te generaba un malestar considerable cuando caminabas. pero por ahora era suficiente, por lo menos algunos días, tener esas cosas que la mayoría de personas piensan que es amar o estar enamorados: las citas precisas, el anillo entre los dedos, los mensajitos de texto románticos, la cena elegante con la familia, la foto dentro de un recuadro de caoba, etc.
aunque contigo no había ninguna de esas cosas, realmente no importaba. tú dejabas que sintiera que podía sentir miles de cosas distintas con pasar algunos minutos a tu lado. podía bailar sobre las calles apagadas, imaginando un suave vals que se sumergía en nuestros cuerpos y hacían que nuestros pasos se movieran inconscientemente. pero el amor, esa palabra…




pd: promesa cumplida :L