Yo no quiero contigo ni sin ti
- Joaquin Sabina
Entonces un día tu voltearás una vez más y te darás cuenta que todo ha cambiado. Me verás con más años encima, con el cabello más largo y más sucio, incluso con los ojos más tristes y creerás que estás soñando o que en vez de estar en la calle te encuentras en una habitación llena de espejos raros que no hacen más que deformarlo todo. Con duda y con miedo, darás algunos pasos, cerrando fuertemente los ojos para no ver y así no creer en ninguna de las imágenes que vienen hacia ti como si fuesen disparos mortales, pero será inútil, en el fondo sabes que todo ese tiempo que estuviste dormida no fueron un día o dos, sino varios años, tantos años ya que tu corazón casi había olvidado el sudor de estas calles, el polvo que sube desesperadamente para impregnarse en la piel, como si fuese una especie de musgo que necesita adherirse a alguna persona para poder sobrevivir. Y decir que estuviste dormida es claramente una metáfora, porque es la manera más apropiada de resumir tus huellas fuera de estas tierras, la distancia enorme e implacable, los distintos aires que respiramos. Por eso digo que voltearás algún día y querrás que todo esto no sea más que un mal sueño, buscarás mi nombre en todas las guías de teléfono posibles, andarás por donde antes vivía y preguntarás a los que viven ahí ahora por algún dato que te permita ubicarme. Lo más probable es que no encuentres nada, y que te digan que en realidad nadie me recuerda bien, que más que un ser humano parecía un fantasma, al cual solo veían a veces cuando había luna llena los fines de semana. Y es que de mí solo eso dejaste, solo eso (como dice una canción de la cual no sé el nombre y ni siquiera estoy seguro si existe). Sin ti esta ciudad se convirtió en una especie de Comala, las calles parecían estar agonizando en cada una de sus esquinas y las personas que me hablaban, su voz, cada día iba pareciendo más distante. Y entonces me era imposible no recordar los tiempos en que andábamos como si fuéramos dos terroristas por todo Lima, queriendo destruirlo todo. Yo te decía siempre que podía que quería acabar de una vez con el mundo y tú me replicabas que aún debíamos esperar un poco más porque había tanto que querías conocer y que en realidad el mundo no podía ser tan feo como lo pintaban esos libros de poesía que tanto me gustaba leer. Por eso es que siempre me besabas seguidamente y procurabas que mis manos estuvieran alrededor de tu cintura o hundidas dentro del calor de tu cuerpo. Sabías que solo así podías lograr que esas ideas destructivas que rondaban por mi cabeza desaparecieran y así poder permitirte hablar de algún día hacer un viaje hacia algún lugar lejano, muy lejos de aquí. Y el viaje sucedió, pero no fue conmigo y fue sin ti. Te marchaste sin dejarme alguna cartita impregnada con el olor de tu perfume, o alguna prenda íntima que llevara consigo los rastros de tu sombra. Desapareciste completamente e incluso llegue a pensar que en realidad jamás exististe y que todo esto solo estuvo en mi imaginación, que solo era un loco más, uno de esos que andan con trapos encima y totalmente sucios viviendo vidas ficticias. Al pasar los años este sentimiento de saber que una parte de ti se había perdido o extraviado se fue haciendo más tolerable, comencé a siempre tratar de fundirme con las avenidas, las bancas y los parques por los que andaba y a ingerir alcohol por montones para así sentirme un poquito más vivo. Fui repitiendo cada vez más esa frase de esa canción desconocida: Y es que de mí solo eso dejaste, solo eso, hasta llegar a sentir que cada una de sus letras se iba hundiendo dentro de mis poros. Y es por eso es que te imagino un día volteando con unas ganas infinitas de volver, de recuperar esa partecita de corazón que aquí dejaste. A veces creo ver tu silueta apareciendo detrás de mí, ver esa sonrisa que parece un cielo lejano de un tiempo medieval cuando aún llevaba sobre mí una espada y una armadura y esa sensación de que a tu lado todo tenía un principio pero jamás un fin. Poco a poco todas esas cosas se han ido apagando, igual que el recuerdo del brillo de tus ojos. Ahora ando por estas calles con la media húmeda porque suelo meter los pies en cada charco que encuentro con la tonta esperanza de que uno de esos sea un agujero negro y me absorba y desaparezca, de una vez por todas, este dolor que siento cada vez que respiro. En realidad hace tiempo que he comprendido que tus pasos jamás volverán a sonar junto a los míos y que no volveré a escuchar de nuevo esas campanas que solía oír cada mañana que despertabas a mi lado. Hace tiempo ya que mi cuerpo esta conformado ya no de carne, sino de humo y ceniza, de viejos trapos y papeles escritos con tinta, y cuando muera, imagino, no se acercarán a mi ni hormigas ni lombrices, nada me tocará y mis huesos estarán quizás miles de años intactos y cuando un arqueólogo o algo parecido de esos tiempos me desentierre verá todos mis vestigios y creerá, lo más probable, que sería un buen artículo para un museo de cosas extrañas o un buen combustible en caso que una noche de invierno se les malogre la calefacción y no tengan madera o carbón para prender una fogata en la chimenea.
miércoles, diciembre 03, 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
4 comentarios:
Querido Heli,
El amor, aun cuando no este, si se siente, no es razon para estar triste.
Solo hay un paso de lo escrito a lo hablado, y de lo hablado a lo hecho.
Tienes que estar contento y alegre porque tienes corazon y tu cuerpo siente y se acalora....cuando eso no ocurra, creeme que sera razon suficiente para estar con pena.
Un dulC beso
cito:
"...y cuando un arqueólogo o algo parecido de esos tiempos me desentierre verá todos mis vestigios y creerá, lo más probable, que sería un buen artículo para un museo de cosas extrañas o un buen combustible.."
me ofende u_U
no somos tan insensibles como parecemos
xD
T_T
si lo somoooossss!!! lalala
jajjaja, gran creatividad! sigue así
Publicar un comentario