qué diablos...
todo eso
que se nos olvida,
ese pasto
que crece entre nosotros,
todo eso
y también
lo que no conocemos,
lo que está ahí abrazandonos
sin tocarnos,
mirándonos
con su ojo milenario,
la mano ardiente
y su marca invisible,
la ausencia,
tu ausencia,
la madrugada
que nos cae encima,
tus ojos lejanos,
los cuentos viejos
atrapados en hojas amarillas,
la barba espesa
que se confunde con mis pasos...
todo esto,
que su simple mención
es como pájaros
que vuelan sobre nuestras cabezas
y nos defecan,
¿no sientes,
que estas palabras
están tan gastadas,
que se ocultan
en su propia sombra,
como bichos rastreros,
como tus dedos
entre los míos,
y su carrera inútil,
contra el tiempo?
los huesos,
la alacena,
los zapatos,
la mitología,
mejor no decir nada más,
tus ojos lejanos,
la luna
y su gran traje de seda,
el silencio,
el silencio,
el silencio;
todo el universo calla
a estas horas
lunes, enero 26, 2009
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2 comentarios:
Sí, es mejor no decir nada :)
Helí porfin te comento, sé que nunca lo hago pero la pereza me gana. Hoy no fui a clases ya que me duele la panza! Y te cuento que ya leo "un poco más".
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