Donde está, pregunta la niña de vestido acuarela.

¿Dónde está? - la oigo decir

¿Dónde está que? - pregunto

Eso que no encontramos - susurra

La niña de vestido acuarela se esconde detrás de una piedra grande al no oir respuesta alguna. Está asustada, asustada del silencio. Es su peor pesadilla que las palabras pierdan su voz.

¿Dónde está? - vuelve a decir

Yo la miro, su vestido parece una nebulosa de colores. Ella no puede ver su propio vestido, o no quiere. Busca, sus ojos pequeños van de un lado a otro preguntando y buscando.

Es en vano - digo -, es como preguntar la ubicación de Dios.

Ella comienza a llorar, sus lágrimas caen sobre su vestido, pone su mano sobre aquel y luego sobre su rostro y entonces parece como si llorara colores.

La creación habrá sido algo como esto - pienso -. ¿Qué es lo que buscamos, a Dios, nuestro pedazo de cielo?

Me respondo que no. Lo que buscamos es a nostros mismos. Pero para encontrarnos, tenemos que buscar en otros lados.

Ella parece haberme oído. Saca un pequeño pañuelo de sus bolsillos, y se limpia los colores de su rostro.

Ahora caminaremos - digo -, andaremos porque no podemos hacer otra cosa.

Ella sonrie, como si aquellas palabras fueran dirigidas a otra persona. No entiende nada, pienso. Luego miro aquel vestido y cierro los ojos.

La noche cae.