domingo, mayo 23, 2010

ayer ha llovido en Lima,
las calles han llorado la ausencia de los pasos,
la humedad cruel que invadía sus huesos,
yo he estado sentado a lado de una gran pared
mientras los cigarros iban acabándose
y desapareciendo
hasta quedarnos solo yo y aquella niebla
que se alzaba y me miraba con aquellos ojos invisibles,
he pensado entonces en la atlantida,
la ciudad sumergida bajo el mar
no es muy diferente a esta
ni a tu cuerpo cuando entraba en la bañera,
quedarse solo es realmente
quedarse en una ciudad desierta
que no palpita un corazón aunque sea improvisado,
y yo me pregunto
en qué momento comenzarán a despertar los fantasmas
de su largo letargo,
el último cigarrillo ya se ha extinguido,
la noche le ha llegado,
habrá que partir otra vez
o camuflarse entre los huesos del cementerio más cercano.

1 comentario:

Pierre dijo...

la ciudad sumergida bajo el mar
no es muy diferente a esta
ni a tu cuerpo cuando entraba en la bañera

ta mare Heli
q buena imagen!