domingo, mayo 01, 2011

noche,
esta noche que nos quedamos solos,
tú con el semblante altivo
como una torre infinita que corta en dos los cielos,
yo con la mirada árida y perdida,
como un judío sin patria, sin tierra, sin padre y madre,
como siempre,
esta noche nos hemos quedado solos,
una vez más,
pero tú más sola que yo,
tú con tu coraza de diamante
donde dices no penetra ni la más mínima emoción acongojante
(y qué fácil es imaginarte como un escarabajo precioso y dulce),
tú más sola por ello mismo,
por la mentira que llora frente al espejo
cuando el único reflejo es tu vestido marchito;
tú más sola,
realmente sola,
fatalmente sola,
y yo sin ti, con mi soledad,
que siquiera es algo,
con mis cigarrillos, mis ojos tristes,
mi cabello de noche revoltosa y cataclismica,
yo, finalmente,
como siempre,
y así la soledad se hace menos evidente,
más soportable (y nace, entre nosotros, cierto cariño extraño)
como una niña pequeña que se acurruca entre mis brazos
y ríe, y tiembla, y duerme, apacible.

1 comentario:

Unknown dijo...

no llores (jajaja) levántate, peinate y escucha música

:D