(esto es parte de algo que no se que será pero que está ahi como algo que debe ser algo más que lo que es ahora u.u)
Ewen decía a veces, mientras cerraba los ojos, que todo este mundo era una fantasía, una imagen puesta en nuestra mente, una ilusión, alguna broma de un ser siniestro. Y lo decía mientras se acurrucaba entre mis brazos, tratando de aferrarse a ellos como se hace de algo sólido para no caerse. En esos momentos parecía tan distante, e incluso dudaba si era realmente su piel la que chocaba contra la mía. En realidad más parecía un fantasma, un recuerdo atrapado en un tiempo ajeno. A veces, mientras estaba con los ojos cerrados, yo lo miraba atentamente, veía su rostro plácido y sereno, sentía su respiración calmada. Pero iban pasando los minutos y aquella respiración se iba tornando más lenta, cada vez más, hasta que llegaba a un punto donde parecía ya no estar haciéndolo.
– ¿Estas muerto? – le preguntaba - ¿Por fin me abandonarás a mi suerte?
Pero no respondía y yo no sabía que debía hacer, salvo esperar a que su respiración volviese a encenderse otra vez.
– ¿No es extraño? – decía – No sientes acaso los huesos rotos, la sangre helada. ¿No son espantosas las risas que brotan como escupitajos de los transeúntes? No estoy muerto, no es tan fácil.
Y yo solo lo miraba, enmudecida, tratando de ver qué había realmente en lo profundo de esos ojos, en sus pupilas.
– Ariana, Ariana… ¿Ese era tu nombre? – decía – A veces te confundo y olvido todo. O talvez lo hago a propósito. Sólo aléjate, solo aléjate, que mis palabras se van volviendo cada día garras más filosas.
Pero yo solo sabía enmudecer y derramar lágrimas que hacían surcos en mis mejillas. Tocaba sus manos frías y sus dedos parecían ser infinitamente largos. <<¿Qué tocarían? ¿Hasta dónde llegarían?>>. Él tenía razón, hoy me llamaba Ariana pero quizás no siempre fue así, quizás. Talvez un día tuve ese nombre que él tanto repite por las noches mientras duerme profundamente.
– No estoy muerto, aún no – decía –. Porque te busco siempre y jamás te encuentro. Y no te encuentro, talvez, porque el que anda perdido soy yo, yo y mi sombra cenicienta.
Y mientras decía todo esto, lo veía prender un cigarro, mirando la luna, sonriendo de manera lúgubre, como si llorara de manera silenciosa.
3 comentarios:
conchudazoooooo!!
No te basto a Gena y a Inde..
Ahora te he visto sacando plan con mi buen amigo Josè!
Ahahahahahh... T_T
Hola llegué acá porque me enteré que te gustaba Cortázar.
No me lo dijo nadie.
Es una de esas obras del azar.
pucha y nisiquiera le ante la canción xDDDDD!!!
y epidorrr: ¡¡¡VIVA CORTAZAR POR LA CSM!!!!
Publicar un comentario