I
un arcángel me apunta con su espada desde lo más alto
de una torre;
solo importan mis letras, dice,
no mi rostro,
no mi sombra.
II
Yo cuestiono la perfección de Dios cuando te sientas a su lado.
III
ese árbol desnudo es tu cuerpo,
también el mío,
es nuestro árbol,
son nuestras hojas las que caen,
nuestros pies con gesto triste,
nuestras manos,
nuestros sexos que se ahogan.
IV
es la noche la que te oculta,
la que te tapa con su mano,
es la noche que te viste de gala,
la que derrama su perfume infinito sobre ti;
es la noche,
tu sombra,
eres tu,
tu propia sombra;
yo soy el que te apuñala al alba.
miércoles, marzo 11, 2009
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1 comentario:
El III es hermoso. Sigue así. Oh y hace tanto tiempo que no pasaba por acá XD.
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