entonces me di cuenta que el amor es como una pequeña araña que va tejiendo su tela por mi cuerpo: pecho, brazos, piernas, con sus grandes dientes que saborean el momento en que se incrustarán en mi piel y dejarán correr dentro de mí el líquido venenoso que me borrará definitivamente. soy su prisionero, soy como un muñeco que usa para hablar y escribir, mis ojos son sus ojos, mi boca la suya y ya no soy yo nunca más, ya olvidé incluso quién se supone que debía haber sido. veo mi sombra y es la sombra de ella: ocho patas peludas salen de mi espalda. si alguien me hubiera dicho que el desenlace de todo esto iba a ser esto, esta abyecta transformación irreparable… y he roto todos los espejos de la casa, he puesto en cada ventana cortinas grandes y negras para que no entre la luz de afuera y no se formen las sombras. la oscuridad me asusta, pero más me asustan otras cosas. por ahora estoy a salvo, puedo poner un disco de música suave y relajarme. siquiera algunas noches más… ya luego entregarme a las garras que me esperan.