cantan los ríos de mi garganta,
dicen calladitos: somos ríos, ahora,
hubieron tiempos en que las gaviotas nos tocaban con sus picos
y nos robaban flores,
éramos océanos,
ahora nada, ya nada,
una tierra árida,
dunas interminables,
nadie se ahoga a la orilla de mis ríos,
la noche baja y nos mira con compasión,
nos invita a abrazar su incandescente presencia,
luego nos volveremos ceniza,
pensamos,
qué más da.
lunes, setiembre 21, 2009
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
éramos océanos,
ahora nada, ya nada...
yo hubiera aprovechado esa nada pero como verbo para nadar sobre las dunas de mi propia sequía y de tanto sufrimiento talvez poblarme de agua otra vez...
saludos dede mi Cerro
Publicar un comentario