viernes, julio 23, 2010

cucarachas marrones e infinitas

S/T


no soy más que un sobreviviente,
nada más que un cadaver olvidado
en un tiempo distinto
cuando se levantaban castillos
y se usaban flechas
para encender la mañana,
de esos tiempos yo vengo
y aún me atrevo a decir que vivo
y que levanto el lápiz para dibujar la sombra
de una ciudad que envejece,
la sombra de mi rostro cansado,
de mi corazón agrietado y oxidado,
y yo vengo porque me enseñaron a caminar hacia adelante,
qué no daría yo
por ser solo un simple cangrejo
e ir hacia atrás indefinidamente
hasta llegar el momento justo de mi parto
y decirle a mi madre:
"mamá, por el amor de Dios, no lo hagas",
pero esas cosas son imposibles,
es como desear que de improviso
tú vinieras a decirme
que has hecho un cuadro con crayones
donde habla de ti y de mi,
y que el mundo importa poco,
de esas cosas es mejor ni hablar,
es mejor seguir diciendo lo que vine a decir,
esto es,
que soy un sobreviviente,
nada más que eso,
y si he sobrevivido a tanto,
también lo haré a ti y a esta ciudad
que a veces me congestiona la inservible nariz,
pero sin la cual,
sin mi nariz y la ciudad y tú,
no sería nada,
absolutamente nada,
y así no tendría ningún sentido ser un sobreviviente,
porque:
¿a quién demonios le interesaría sobrevivir
si luego no queda ni la esperanza de algo venidero?

No hay comentarios.: