perra (o) eh, invierno

Veamos, señores,
hace frío en Lima
y es un frío huesudo,
de uñas excesivamente largas
y despiadado como el rocoto ardiente,
o como un leon sin dientes,
o una puta que se enamora
de cada cliente;
hace frío en Lima,
ya lo dije,
y a veces llueve cuando amanece,
llueve y moja mis cabellos
y mi rostro
y mis mejillas,
y ya no sé si es que llueve
o estoy llorando,
las lágrimas son saladas,
las gotas de lluvia también,
y podría decir que no lloro por egoista,
que lloro por todos los hombres,
por el planeta entero,
por el fin cercano,
pero sería mentira todo,
o no sería toda la verdad,
si estoy triste es por ti,
porque no vienes,
porque no me acaricias
en vez de golpearme como un saco inservible y rojo,
y ya se acerca la noche,
hay muchas horas perdidas,
muchas palabras extraviadas
en un arrabal lejano
a donde van a parar todos mis sueños,
hace frío en Lima,
es invierno,
y es un invierno
que muerde y desgarra,
es un invierno muy perro,
o muy perra,
que toca solo para hacer doler
y luego se va.