miércoles, abril 20, 2011

ayer he soñado contigo y tu piel eran las páginas de un libro hermoso e infinito. tú ya conoces mi manía de roedor oscuro e insaciable, y la noche del sueño se hizo corta oliendo, sólo oliendo, con los ojos enceguecidos, cada párrafo, cada línea, cada palabra y letra negra de tu cuerpo-libro (o viceversa). si el libro jamás se acaba, tu piel tampoco y, así, te conviertes en el preciso resumen del universo, el rostro cálido del Dios omnipotente e implacable de nuestra historia cristiana.

cada noche vendrás a contarme una historia que yo iré tomando con mis dientes salvajes y desnudos. serás mi Scheherezade moderna y pequeña, algo demente y achinada, envuelta en una piel milenaria, color arena de puerto lejano. me contarás de cíclopes, medusas, gorgonas, minotauros, cóndores majestuosos y duendes traviesos. me dirás que en alguna montaña duerme el dios de la lluvia y que es juguetón y que sale a hacerle travesuras al mundo cuando bebe mucho y el hipo lo consume (y son esos días, allá en los andes, cuando llueve a cántaros y en esta ciudad sólo tantito). una historia por mil y una noches, que no es más que el número del tiempo que jamás termina. los hombres se asustan de la eternidad y es tan tonto. ¿cómo asustarse de algo que cabe tan bien en una sola palabra, que se puede pronunciar fácilmente y hasta susurrar: eternidad?

de la eternidad nacen nuestros nombres y por eso nosotros no le tememos. somos hijos de lo que siempre se transforma y nunca acaba. así como este amor, que es hijo nuestro. así la lluvia, la ciudad, los pasos, nosotros mismos otra vez. pero ya hay que callar porque el sueño se termina y la catedral nos espera. en sus gradas aguardan nuestras sombras por nuestros cuerpos extraviados. no olvides las historias, amor mío, no olvides la trinidad que siempre he mencionado. y ahora adiós, un hasta luego, que ya está rodando algo frío, metálico, pesado y que suena por las tablas del cuarto y pronto mis ojos se abrirán somñolientos. despertarán, irremediablemente, legañosos y solos.

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