lunes, abril 04, 2011

I

hoy la medianoche me ha susurrado tu desnudez,
y me ha dicho del secreto de tu vientre,
de la luz azul, estelar,
que se esconde entre tus muslos;
hoy la medianoche me ha obsequiado una espada,
y me ha dicho que la hunda en ti,
suavemente, ceremonioso,
que no tenga misericordia de tu dolor;
hoy la medianoche me ha dicho que todo aquello es el amor,
y yo le creo;
medianoche donde las distancias desaparecen
y mi nombre bordea el tuyo,
y mis dedos acarician tu corazón de terciopelo.

II

el amor es la palabra que no se dice,
la que juega a la escondidas,
la que deja que sólo adivines su frágil silueta;
el amor cae por su propio peso,
está sujeta a la gravedad de este planeta;
¿sientes, acaso, cómo cae sobre nosotros?
quizás sea la gotas de lluvia que ahora nos mojan,
o las hojas de aquel árbol que se deshoja.

III

yo no sé querer de otra forma más que siendo un salvaje:
olvidarme de las palabras,
usar manos, uñas y dientes;
si llegas a sentirte como al medio de un ritual caníbal no te asustes,
es mi amor solamente,
mi amor cavernario,
como si estuvieses hecha de arcilla y yo te inventara a palos.

IV

esta ciudad invisible donde me has atrapado,
esta casa que se enciende entre flamas azules, naranjas,
por momentos violetas,
lleva tu nombre,
tu rostro,
tus ojos por todos lados;
de tanto verte ya no sé si es que me he vuelto loco
o es verdad que el mundo entero,
se resume en ti.

No hay comentarios.: