martes, agosto 23, 2011

espero poco de la vida estos días y estoy bien así. ando perdiendo el tiempo, que es una de las cosas que más odio y no me importa ya ni un poco. hay días en que inventar duele, teclear duele, buscar en los intersticios del alma, como abrir una fruta y meter el cuchillo hasta la pulpa, duele. hoy es uno de esos días (y los anteriores que le precedieron, también lo fueron). de pronto me viene a la cabeza aquella frase que dicen los doctores cuando uno está hospitalizado de alguna enfermedad grave: "si duele es que está bien; preocúpate sino sientes nada". pues no, que duela no está bien y mucho menos cuando no hay alguna herida abierta sino solamente ventanas que nos transportan a realidades diferentes: pasado, futuro; a veces uno se siente nada más que un triste loco con la ropa sucia y raída. siquiera, he hecho un punto y aparte, esta historia tomará otro rumbo, aún no sé cómo comenzará el siguiente párrafo pero sé que se han muerto varios protagonistas y personajes secundarios (incluso puede ser que haya muerto el creador, pero no hace falta, si sus personajes creen en él pueden seguir continuando el cuento, la novela; lo demuestra la historia humana). ando tomando las cosas con tranquilidad y escuchando los consejos de la gente. ando leyendo a Verne y no deja de sorprenderme y preguntarme: "¿de dónde demonios sacó tanta imaginación?". siempre he creído que aquel hombre realmente vino del futuro, se lo digo siempre a quien puedo, no puedo evitarlo cuando sale el tema: Julio Verne, viajero del tiempo, animalito oscuro de agujeros de gusano. y también está aquella idea que me dejó Sábato con el último libro que leí de él, abaddon el exterminador, sobre las obsesiones: todo buen escritor debe escribir sobre sus obsesiones. siquiera, yo tengo claras mis obsesiones, siempre las he sabido pero jamás me había puesto a pensar en ellas hasta hace unas semanas. me he dado cuenta que tiene razón, las obsesiones salen a la luz así uno no quiera, así uno se diga que esta vez no escribirá sobre aquello pero al terminar se da cuenta que, camufladas, palabras como pequeñísimos camaleones negros, están ahí, diciendo lo que ya es sabido, lo que te atormenta hasta en los más placenteros sueños. Sábato también me ha enseñado que el idealismo no es malo, ni la política ni lo social, solamente hay que saber, y quizás es el mayor reto, cómo mimetizarlo con las historias para que pueda ser leído. finalmente, me he dado cuenta de que no soy nada, que no soy nadie, y está bien así. de los errores se aprende y yo creo haber aprendido aunque sea un poco. no busco ser alguien, solamente ser yo. todavía no lo soy, falta mucho trabajo para llegar a ello. y he confirmado una vez más que te quiero, es inevitable y quizás absurdo, pero está bien así, está bien siempre que tenga esas tres cosas: literatura, música y amor. lo último, es relativo, pero dime tú: ¿qué cosa no lo es en esta vida? en algún punto de la senda nuestros caminos se bifurcarán, habrá que mirarnos a los ojos, calar la mirada hasta lo más profundo de cada uno, tocarnos los labios, la nariz afilada, las mejillas pomposas; habrá que tocar como si buscáramos signos ocultos dentro del otro. entonces decidiremos, tú decidirás y yo haré lo mismo. no quiero imaginar lo demás, prefiero dejarlo al suspenso. en el momento en que suceda y antes de que digas algo, yo te diré: "ya había soñado con este preciso momento y siempre despertaba antes de que me dijeras algo. ha llegado la hora, no puedo evadirlo más". no obstante, tú me dirás, intrigada y siempre perpicaz: "¿antes dime tú qué era lo que decidías en sueños, porque debes saberlo". claro que lo sé, lo he sabido desde siempre, desde que estaba en el vientre de mi madre y creía que el cordón umbilical me conectaba con el universo. lo sé, pero no lo diré, o tal vez lo haga en aquel preciso momento; o quizás no, lo más seguro es que no. dejémoslo al azar, que como ya sabes de sobra, es el símbolo inequívoco del amor para mí. el azar, la casualidad (que no es más que una mera artimaña del destino). nos encontraremos definitivamente, si así debe suceder y cuando suceda, no me preguntes por qué, ni yo mismo lo sé, lo primero que haré será oler ceremoniosamente tu lisa, desnuda y canela espalda.

No hay comentarios.: