no te quiero,
sería demasiado egoísta hacerlo;
no te quiero,
si Caín mató a Abel sin remordimientos,
qué no te haría yo si te quisiera;
no, no te quiero,
y no me pidas que lo haga,
bebamos hasta el hartazgo,
embarrémonos de lujuria,
no me quieras, nunca,
incluso cuando mi voz
pareciera implorar tu cariño.
no, no me quieras nunca:
hostígame la sangre,
crucifícame en tu pubis.
jueves, mayo 03, 2012
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