domingo, enero 13, 2013

Llegar a casa y darse cuenta de haber dejado el celular olvidado
Ver las llamadas perdidas y entender que en realidad no lo olvidaste
Lo dejaste ahí a propósito
A sabiendas que sonaría
Que tu madre seguramente le diría a tu hermano
Refunfuñando
“¿Para eso se compra un celular nuevo?”
Gritando que lo calle
Que calle el maldito tonito
Y es que ella no entiende que poco importa
El celular
Los relojes
La catedral donde me siento a pensarte
Tu ausencia es tan nítida
Como si a mi lado cada noche roncara un coyote
Roncara su nostalgia
Su dolor
Su herida que supura lágrimas
En vez de sangre
El celular no me sirve si nunca veré tu llamada
Para mis amigos no lo necesito
Ellos son como ánimas que deambulan por esta ciudad
Me los encuentro en los bares
Librerías
En la puerta de los hoteles
Ebrios y casi desnudos
Decidiéndose si terminar el poema antes de alquilar el cuarto
O hacerlo dentro
¿Lo ves?
El celular es solo por ti
La tecnología
La modernidad
Todas esas cosas que me disgustan tanto solo por ti
No soy ningún mártir
Solo un chico enamorado que detesta la adolescencia
Las redes sociales
Las discotecas de moda
Por eso ahora dejo el celular olvidado
Con la certeza de que en realidad cosas como esas jamás se olvidan
Saldré a la calle y en el momento en que llegue a la página número cuarenta
Del libro que ando leyendo me preguntaré
¿Habrás llamado?
Entonces me acordaré de las redes sociales
Las discotecas de moda
La maldita adolescencia
Recordaré todas esas cosas que tanto detesto
Y que tú adoras
Me preguntaré entonces qué demonios es el amor realmente
Pero sabré con más certeza que nunca
Que la respuesta no estará en los libros de Cortázar ni García Márquez
Habrá que salir a la calle y buscarlo
Habrá que salir a inventarlo si es necesario
Habrá que salir con el pecho abierto
El corazón al aire
Preparado para ofrecerlo como se hace con una canción
O un poema
Como diría Silvio
Preparado para morir como una mantis
En brazos de la amada.

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