El amor, madre, a la patria,
No es el amor ridículo a la tierra
Ni a la yerba que pisan nuestras plantas
Sino el odio invencible a quien la oprime
Es el rencor eterno a quien la ataca
Mírame madre, y por tu amor no llores;
Si esclavo de mi fe y mis doctrinas,
Tu mártir corazón llené de espinas,
Piensa que nacen entre espinas flores.
- Jose Marti.
domingo, febrero 07, 2010
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